Dada la escasa información proporcionada por la empresa para la elaboración de un diagnóstico sobre Igualdad en nuestra empresa y, de la negativa a proporcionarnos la información que le hemos solicitado para ese diagnóstico, nos resulta imposible concluir que este Plan de Igualdad señale con cierta objetividad el punto en el que estamos y que sirva para resolver los graves déficits que, desde nuestro punto de vista, tenemos en la empresa respecto a Igualdad.
Quizás lo hemos enfocado mal, o cada sindicato tenemos una información diferente, pero en cualquier caso, la empresa no ha cumplido con su deber de información y, en este Plan de Igualdad, no se recoge nada que asegure su cumplimiento.
Somos de la opinión, respecto a las promociones y la retribución, por ejemplo, que están basados en unos procesos totalmente opacos y subjetivos. Nos referimos a los procesos de evaluación del desempeño y la Política Salarial Individualizada que, ¿qué os vamos a contar?…, pero sabed que este Plan los legitima.
Respecto al modelo de roles, y al igual que los procesos de promoción y retribución, han sido impuestos unilateralmente por la empresa, por tanto, lo lógico sería hablar de las categorías profesionales contempladas por el convenio. La empresa con este modelo burla la legalidad, desde nuestro punto de vista, para asegurarse la movilidad funcional. Es decir, que realicemos funciones de categoría superior con el mismo sueldo. Y también, que no tengas nada objetivo dónde “agarrarte” para exigir o solicitar una promoción. Lo mismo… también legitima el Plan de Igualdad este modelo.
Con estos procesos, la empresa tiene la “excusa” de mantener salarios congelados a compañeros/as durante muchos, muchos años, así que también se da por buena esta congelación que, entre otras cosas, no nos permite conciliar la vida familiar porque cada año tenemos las condiciones de vida más “apretadas”, o como en el caso de muchos/as jóvenes, no les permite emanciparse si no es compartiendo piso con más personas, en el mejor de los casos. Así no hace falta que concilien vida familiar porque no pueden ni tener familia, pensarán algunos/as.
No firmamos este plan, entre otras cosas, por estos motivos, tal y como le hemos trasladado ya a la empresa, pero también porque creemos que la dirección de la empresa necesita un cambio cultural, que pase por la voluntad de repartir de una forma más justa la riqueza que generamos entre todos/as, aunque eso depende, más que de la dirección de la empresa, de las plantillas que quieran “convencerla”.