El PIB en nuestro país ha caído más de un 5% desde que empezó la crisis y la inversión en educación se recorta año tras año, no sólo debido al empobrecimiento nacional, sino a que cada vez se destina menos porcentaje de los recursos económicos a la educación. Doble error, Bruselas advierte que los recortes en educación en España amenazan su crecimiento (hacemos caso de Europa sólo en lo que nos perjudica).
La inversión de nuestro país es muy baja en relación a los países punteros, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Noruega y Austria. Los estudiantes universitarios en estos países no sólo estudian gratis, sino que reciben ayudas económicas para facilitar su independencia familiar. El rendimiento académico exigido es el mismo para todos. Con esta fórmula no les va mal, los resultados son excelentes.
La política educativa no puede quedar supeditada al momento económico, si acaso debería serlo en sentido contrario, dedicando más recursos. La inversión en el sistema educativo es la que mayor beneficios revierte a una sociedad. Alemania, por poner otro ejemplo, ha incrementado la inversión en educación hasta un 9,5%. En España, el 4,81% del PIB en 2012.
Estamos por tanto ante una imposición ideológica del gobierno de Rajoy, no interesa la igualdad de oportunidades, y como en otras decisiones políticas actuales se aprovecha la crisis para restar derechos a los ciudadanos.
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