
La reunión del plan de igualdad celebrada el tres de abril fue la más corta en una negociación que se antoja muy complicado que pueda llegar a buen puerto. Una reunión de apenas media hora, en la que se demuestra que dar largas para entregar la documentación que marca la ley como imprescindible para un plan de igualdad, solo sirve para que se consuma el tiempo y no se consiga tener un buen acuerdo.
En esta reunión nos mostraron un primer borrador de la evaluación de puestos de trabajo que están realizando, y no pararon de decir el tremendo trabajo que suponía y lo que les estaba costando, algo con lo que estamos de acuerdo, pero es obligatorio por ley que lo tengan realizado para el diagnóstico, y la empresa se ha negado a hacerlo desde la primera reunión, y se han puesto con ello cuando han visto que no había más remedio.
El resultado de esto es que se va con muchísimo retraso en una negociación que legalmente tiene un año para realizarla, sin posibilidad de prórroga, y de la que ya se han consumido nueve meses sin tener terminado el diagnostico.
Después, quedaría acordar las acciones a realizar para corregir los desajustes encontrados en el diagnostico, algo que, nos tememos que, con el poco tiempo que queda y con una reunión cada quince días, va a ocurrir como con el último plan de igualdad; poco concreto y sin fechas de finalización definidas para cada una de las acciones, para acabar con un plan de igualdad que no sirve para casi nada. Esperemos que no ocurra como siempre, que la empresa solo esté interesada en que le firme alguien “su” plan de igualdad para poder decir que lo tiene y así no quedarse fuera de algunas ofertas.
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