Reestructuración financiera de Atos.

Después de las noticias sobre la salida del consorcio OnePoint, el pasado 30 de junio amanecíamos con la noticia de que Atos ha llegado a un acuerdo con los bancos para la reestructuración de su deuda.

Según Atos, este pacto garantiza el mantenimiento de las actividades de la empresa, a la espera de que se materialice la cesión al Estado Francés de los negocios de su división BDS (Big Data & Cyberseguridad) y la de Worldgrid a Alten.

Con esta reestructuración, siempre según Atos, se debe garantizar un mínimo de fluidez hasta el 31 de diciembre de 2026.

Al mismo tiempo, y tal como se había anunciado, esta reestructuración conllevará la disolución masiva de los actuales accionistas.

Aunque esta noticia da un poco de oxígeno a la situación de Atos, no deja de parecernos una patada hacia adelante que no soluciona el problema, sino que lo traslada al 2026, y que deja la empresa en manos de fondos de inversión y bancos que harán lo que consideren necesario para recuperar su dinero.

Mientras tanto, no se ha cerrado la opción de compra por un tercero, que podría ser la luz al final del túnel, y, de hecho, el grupo EPEI continúa interesado, por lo que hay que esperar a ver qué ocurre una vez que se cierre la reestructuración, lo cual está previsto para el 22 de julio.

Aunque intentan maquillar la situación, este proceso de refinanciación de la deuda no es más que el desenlace necesario de la apertura del proceso concursal que realizó la empresa hace meses, donde se designó a una persona mediadora para conseguir que las partes, acreedores y empresa, llegaran a un acuerdo para refinanciar la deuda de Atos. De no haberse llegado a un acuerdo podíamos estar hablando de una situación mucho peor.

Nuevamente, no podemos saber qué va a suponer esta situación a futuro, pero lo cierto es que tantas noticias y bandazos de un lado a otro no ayuda precisamente a ser optimistas.