Finalmente, y tras muchos días de inquietud, el consejo de administración de Atos anunció el pasado 11 de junio que se decanta por la oferta de su principal accionista, David Layani, asociado con buena parte de los acreedores del grupo.
En su comunicado, Atos señaló que va a continuar negociando su reestructuración financiera para llegar a un acuerdo definitivo con el consorcio Onepoint, compuesto por Onepoint (la compañía de Layani, que tiene un 11,14 % del capital), Butler Industries y Econom, «así como con un grupo de ciertos acreedores financieros».
De momento, no podemos saber si esta es una buena noticia o no, no tenemos datos suficientes como para valorar lo que va a suponer a futuro esta operación, mas allá de que al menos, parece que hay alguien dispuesto a invertir dinero para intentar reflotar la empresa.
Nos hace gracia que dentro del video que se ha enviado a la plantilla con la comunicación de Paul Saleh se haga referencia a que han tomado esta opción porque “se alinea con los intereses de la compañía, principalmente con los empleados y clientes”, como si nos hubieran preguntado. Tanto paternalismo, para nuestro gusto, resulta bastante inquietante.
También ha dejado claro que nada va a cambiar, de lo que extraemos que nada va a cambiar para los dirigentes, que es lo que de verdad les importa. Esto también es preocupante, porque, si nada cambia, mal vamos, la misma gestión y los mismos que hundieron el barco, dirigiendo…ya veremos qué pasa con la plantilla. Esperamos que no sea la principal perjudicada.
En resumen, y a la espera de más noticias y de ver como avanza la situación, esperamos que esto ponga un poco de calma y podamos dedicarnos a trabajar y a no tener que estar pensando en lo que va a pasar con nuestro futuro.
Según prensa y analistas francesos, esta opción es la que mejor se alinea con los intereses de los acreedores.
Tenemos una gestión penosa. Se ponen a comprar empresas que terminan endeudando al grupo, contratan directivos que no tienen siquiera una cartera de clientes propia, nos juntan, nos dividen, nos restructuran y se van con su buena paga.
Ojalá se pudiesen poner penas de carcel o multas por gestionar tan mal una empresa.